Durante la pandemia de COVID-19, las autoridades gubernamentales declararon estado de emergencia sanitaria nacional acompañada de la inmovilización social obligatoria, conocida como cuarentena, para aplanar la curva epidémica. Sin embargo, debido a las características socioeconómicas de la población peruana, se hizo evidente la necesidad de tomar medidas de ayuda y alternativas para las personas que no podían cumplir la mencionada cuarentena. Asimismo, existía gran preocupación de parte de las autoridades locales por la población vulnerable. Dependiendo de diversos factores como la accesibilidad, grupo etario, acceso a servicios básicos, entre otros, existen ciertas poblaciones que son mas vulnerables a los efectos negativos de la pandemia, tanto económicamente como con respecto a la salud.
En este contexto, la Municipalidad de Lima y el Banco Inter-americano de Desarrollo (BID) se contactaron con el Laboratorio de Analítica Avanzada de la Universidad del Pacifico con el objetivo de colaborar en la co-creación de una herramienta de análisis de mapas de vulnerabilidad de población para la ciudad de Lima. Inicialmente, el interés principal era identificar las zonas de la ciudad que tuvieran bajo acceso a centros de salud (i.e. hospitales y clínicas) y una gran cantidad de adultos mayores. Una vez identificadas estas zonas, la Municipalidad de Lima, pondría en práctica medidas de ayuda y prevención de emergencias. Además, debido a la gran afluencia y concentración de personas en los mercados de abastos y supermercados, realizamos un análisis de accesibilidad a estos lugares. En esta linea, la Municipalidad buscaba complementar su proyecto de implementación de mercados itinerantes con los datos levantados en la plataforma. Cabe mencionar que a partir de este análisis inicial se realizó un proyecto específico de localización de mercados de abastos e itinerantes (lo puedes encontrar aquí). Gracias a la utilidad práctica de la primera versión de la herramienta, el equipo de Lima Lab de la Municipalidad decidió presentarla internamente a otras áreas. Así pues, se generaron nuevas perspectivas de análisis de vulnerabilidad y se agregaron indicadores de acceso a servicios básicos. Estos van de 0 a 100 (donde 0 es bajo acceso y 100, alto acceso) y han sido calculados para tres dimensiones de acceso: Sanidad, Vivienda y Comunicación. Asimismo, se presenta un indicador general de servicios básicos que combina los tres indicadores mencionados anteriormente.
En conclusión, la colaboración y trabajo en equipo entre la academia, el sector público y organizaciones internacionales ha resultado en una herramienta basada en datos abiertos que permite ser un punto de análisis inicial para co-diseñar y proponer proyectos nuevos o complementar proyectos actuales que busquen mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.